Inicio de la campaña electoral

Hablaba con una compañera de la situación actual de nuestro centro de trabajo. Por desgracia, no es una excepción. El número de bajas médicas es algo inasumible. Después de analizar caso por caso, ver la impune reincidencia de algunos (muchos, demasiados) compañeros, tengo que escuchar la dilapidaria sentencia: “nos merecemos la privatización”.

Pues no señor. Ni ella ni yo nos lo merecemos. Y no estoy hablando de nosotras como trabajadoras. Hablo de nosotras como usuarias, como ciudadanas, como futuras pacientes, madres, viejas,… Hablo de esos servicios esenciales que no deben estar en mano, de ninguna manera, de la empresa privada.

Hablo de hospitales públicos gestionados por empresas constructoras, de la desaparición de Centros Ocupacionales sin que tenga ninguna repercusión en la opinión pública, de la educación vendida, hablo de habernos tragado la bajada de sueldo todo lo dignamente que podemos, asumiendo que, como empleados públicos, tenemos un papel importante en esto de levantar la crisis, mientras los gobernantes se rodean de asesores a dedo que siguen cobrando sueldazos millonarios.

La canonización del de los milagros. Milagro es que esas familias que tienen a todos sus componentes en paro lleguen a fin de mes. Bodas reales que cuestan más de lo que yo ganaré en toda mi vida. El fútbol copando portadas mientras los datos del paro pasan desapercibidos. Listas electorales llenas de encausados, y la Esteban en boca de todos.

¿Privatización? La privatización, y esta vez no pido perdón, es una puta mierda. La empresa adjudicataria gana MUCHO más de lo que se gasta en los empleados públicos correspondientes, y paga una miseria a los propios. Sí, se asegura la cobertura, pero ¿a qué precio?

¿Privatización? Médicos, profesores,… y después, ¿qué? ¿Policías? Dejémoslo todo en manos de empresas privadas cuyo único objetivo es ganar pasta. ¿Qué más da que, cuando ya no podamos valernos por nosotros mismos, debemos ir a morir al cementerio de elefantes porque no hay plazas públicas en las residencias? ¿A quién le importan los viejos, los enfermos, los locos, los niños?

Razones hay de sobra para pedir que las cosas cambien en la Administración Pública, pero a veces equivocamos nuestro centro de miras. Una reforma de la ley, una mayor control de la incapacidad temporal, unificación de duplicidades, sustitución de cargos a dedo por funcionarios de carrera y sobrada preparación, modernización de sistemas, menos burocracia y más efectividad/humanidad,… En definitiva, REFORMA vs PRIVATIZACIÓN.

Pero, claro, eso es demasiado trabajo. Mejor privatizar.

En una cosa tiene razón mi compi: así, tan calladitos como estamos, tenemos lo que nos merecemos. Espero no tener que repetirlo el 23 de mayo.

5 comentarios en “Inicio de la campaña electoral

  1. Estoy de acuerdo contigo, hay cosas que van, o deberían ir, más allá del dinero. El problema es la mala gestión, lo que comentas, y ¿por qué el sector público no puede estar bien gestionada?.

    Convertir derechos en negocios conduce a la larga a «elitizar» (ya me dirás si el palabro existe) esos derechos y negárselos a los más necesitados.

    Besos

  2. ¿Dónde puedo votar por ti?
    Bromas al margen, creo que la razón te asiste. Da la sensación de que el sentido común ya ha sido privatizado y muchos políticos nos están dispuestos a pagar por hacer uso de él.
    Un beso,
    Miguel 2.0

  3. Sese, no sé si la palabra es correcta, pero suena muy correcta. Redondo corolario. Un beso.

    Miguel 2.0, al sentido común lo aplasta el ansia de poder-dinero. Una lástima. Seguiremos aportando nuestro granito de arena. Un beso.

    Rubén, no te cortes, que seguro que muchos queremos escuchar lo que tienes que decir.

    Vloj, seguiremos luchando, es lo que nos queda a los que creemos que podemos cambiar el mundo, ¿verdad? Un besazo.

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