Primer día de Feria

Llegué pronto, cómo no. Hacía calor, lo suficiente para no plantearme dar un largo paseo, y sí buscar un buen lugar a la sombra a leer un rato.
Antonio Damasio no es una gran compañía a esas horas, pero estas últimas semanas hemos sido fieles compañeros, y sentí que debía estar conmigo en ese momento. Igual así algún día podría pedirle que me explicara a qué nivel operan todos estos sentimientos que estoy teniendo ahora.
El estómago cerrado, la boca seca, el corazón acelerado. Esos son los tres claros síntomas de mi nerviosismo.
Me sentía tan poco dispuesta a la lectura que pasé un buen rato analizando un pequeño bicho volador verde manzana, que se había posado en mi mano. Él se cansó antes de mí que yo de él…
La teoría del marcador somático… Con el libro abierto sobre mis piernas y mis ojos vagando por las líneas, mi mente caprichosa decidió que era un buen momento para analizar la última semana.
La ansiedad contenida, el estallido de emoción, el sentimiento de culpabilidad, la sensación de querer agarrar con fuerza algo que se escurre entre mis dedos. Que sea hermoso no significa que sea fácil. Es esa puta manía mía de tenerlo todo bajo control, y perdonen la expresión, pero no encuentro palabras mejores para describirlo.
Mi espíritu vagabundo y mis piernas inquietas no me dejaron permanecer mucho tiempo en ese banco. Me levanté dispuesta a pasear entre las casetas cerradas, admirando la exposición fotográfica que acompaña a la Feria: Aire.
Las seis. Había llegado el momento. Ahora mi sangre martilleaba con fuerza mis sienes, y su sonido se mezclaba con el de un lejano acordeón, con las voces que llenaban el paseo, con el trinar de los pájaros. ..
Si la emoción de tenerlo para mí me dejó muda y sorda, verlo expuesto ante los ojos de miles de desconocidos fue increíble. ¡Dichosa vanidad! Sí, soy vanidosa. Otra más de mis muchas contradicciones.
Y nada más llegar… ¡pum! Mis primeros compradores desconocidos. Me quedé allí plantada, como dirían en miña terra, como una parva, mientras me gritaba a mí misma en silencio: “¡reacciona!”. Con el pulso loco y las manos temblorosas firme el ejemplar… Laura, ese es el nombre. Muchas gracias, Laura.
¡Ay! Me quedé tan tonta que al montar en el metro, sin darme cuenta, lo hice en el que iba en dirección contraria. No me enteré hasta el barrio de la Estrella, ¿será una señal? Eso sí, cuando lo hice, me eché a reír, sin poder evitarlo. Y menos mal que dando la vuelta recordé que tenía el coche en Barajas, que si no me iba directita a mi casa en bus y mi pobre pelotilla se quedaba ahí solito, en tierra de nadie. Hay cosas que nunca cambian…
Hoy quiero dar las gracias a todos aquellos desconocidos que se paren frente a mi libro, que lo cojan, lo abran, que se interesen… a los que se lo lleven a sus casas, o de regalo y a los que lo pensaron un momento antes de decidir que no.
¡Gracias de corazón!

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4 comentarios en “Primer día de Feria

  1. Vir! No me habías dicho que eras escritora!!!! Pero bueno!!!! Leer es una de mis mayores pasiones. Por cierto, me encanta que me digas que estoy como una cabra. Porque me tiré varios años que parecía una seta. Sí que ando ahora un poco… activa, podríamos decir. Pero por primera vez en mucho tiempo soy muy, muy feliz. Y eso se nota. Me encantaría pasarme por la Feria del Libro (me da vergüenza decir que nunca he ido), pero voy a indagar sobre tu libro ¿vale? Si soy librera, por Dios. Un besazo.

  2. Sí, sí, escritora!!! qué bien suena!!! Ya compartimos algo más, yo también soy una devoradora de libros.
    Desde luego con la energía que desprendes parece mentira que en algún momento hayas parecido una seta. Debe ser que ahora te has librado de algún vampiro de energía, jejeje!!
    Mi libro, ¡ay, mi libro! Acaba de salir, y hasta después del 23 de junio no entra en distribución. Puedes mirar toda la información por ahora en mi blog de la novela: lejosdelmiedo.soy.es
    Me encantaría que te pasaras por la feria, y así podríamos charlar un rato, de mi libro, de todos los demás, de la vida, ¡de lo que sea!
    Un besazo!
    Vir

  3. ¡Ay! ¡Ha sido flipante! Al terminar la firma mi gente me tuvo que sujetar para que no me fuese volando en plan globo de helio… ¡qué pasada! Y el próximo domingo más…
    Lástima que no me puedas ver en mi salsa, Esteban, quizás algún día… ¡porque esto acaba de empezar!
    Un beso!
    Vir

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